Introducción
Desde el principio, el deseo de Dios ha sido habitar en medio de Su pueblo. Sin embargo, esta morada no es una estructura física, sino una ciudad espiritual, compuesta por piedras vivas: Su Iglesia. Esta ciudad, mencionada en Apocalipsis, se llama "la Jerusalén Celestial", y su construcción no es obra de hombres, sino del mismo Dios, con Cristo como fundamento y los cinco ministerios como administradores.
Ilustración Práctica
Imagina que tres constructores están trabajando en una gran catedral. Un visitante curioso les pregunta:
— ¿Qué están haciendo?
El primero responde: "Estoy poniendo ladrillos."
El segundo dice: "Estoy levantando una pared."
El tercero, con ojos brillantes, responde: "¡Estoy edificando una casa para Dios!"
Aunque todos realizaban la misma labor, solo uno comprendía el propósito completo de la obra. De igual manera, muchos creyentes participan en actividades, pero pocos entienden que están siendo incorporados como parte de una ciudad espiritual que reflejará la plenitud de Cristo.
Desarrollo del Tema
- A. El propósito eterno: Una ciudad celestial
"Vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios..." (Apocalipsis 21:2). Abraham esperaba "la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios" (Hebreos 11:10). - B. El fundamento: Cristo, la piedra angular
"Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo" (Efesios 2:20). "Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo" (1 Corintios 3:11). - C. Los administradores: Los cinco ministerios
"Él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Efesios 4:11-12). - D. Un proceso continuo de edificación
"Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo..." (1 Pedro 2:5).
Conclusión
La Iglesia no es un lugar al que se va, sino una estructura espiritual que se está edificando. No es un evento, es una edificación eterna. Y tú eres parte de esa construcción. Cristo es el fundamento, y los cinco ministerios son herramientas en manos de Dios para perfeccionarte.
Aplicación a la vida diaria
Preguntas para reflexionar semanalmente:
- ¿Estoy siendo edificado o solo asistiendo a un edificio?
- ¿Estoy creciendo en la imagen de Cristo o solo participando en actividades religiosas?
Acciones clave:
- Reconoce tu lugar en la construcción celestial.
- Busca edificación a través de:
- La Palabra (estudio bíblico).
- La comunión (vida en comunidad).
- La corrección amorosa (rendición de cuentas).
- Los cinco ministerios (súmate a su función).
"Tu vida no fue diseñada para ser un ladrillo suelto, sino una piedra viva encajada en la Jerusalén celestial."