EL PROPOSITO ETERNO DE DIOS PARTE 2



 

Introducción

El propósito eterno de Dios no se originó en el Nuevo Testamento ni se fundamenta en un llamado moderno a la prosperidad. Desde antes de la creación del mundo, Dios ya contaba con un plan: formar hijos a la imagen de Cristo y manifestar Su gloria a través de ellos en la tierra. Toda la Escritura, desde Génesis hasta Apocalipsis, narra cómo Dios ha ido desarrollando Su propósito eterno. No es una mera colección de milagros o hazañas, sino una historia de formación, redención y restauración.

Historia o Moraleja de la Vida Diaria

Un padre tenía un sueño: edificar una casa donde toda su familia viviera unida, en amor y propósito. Durante años, muchos se rieron de él, otros lo abandonaron, y algunos intentaron ayudar, pero se rindieron. Sin embargo, el padre no se desanimó. Cada piedra que colocaba, cada error que corregía y cada hijo que regresaba, lo motivaba a seguir. Su sueño era eterno y no importaba cuánto tiempo llevara. Así es nuestro Dios. A lo largo de la historia humana, a pesar del pecado, la desobediencia y el rechazo, Él ha continuado edificando Su propósito eterno: una familia conforme a Cristo.

Desarrollo del Tema

  • A. Desde antes del principio - Efesios 1:4-5: "Nos escogió en él antes de la fundación del mundo para ser adoptados hijos suyos."
  • B. Génesis: el diseño original - Génesis 1:26-27: "Hagamos al hombre a nuestra imagen." - Adán fracasó, pero Dios reinició Su plan a través de nuevas generaciones.
  • C. Abraham: el comienzo de una familia eterna - Génesis 12:1-3 / Gálatas 3:29: "En ti serán benditas todas las familias de la tierra."
  • D. Israel: una nación llamada a revelar a Dios - Éxodo 19:5-6: "Seréis mi especial tesoro... un reino de sacerdotes y gente santa."
  • E. Jesús: la manifestación perfecta del propósito - Hebreos 1:3 / Colosenses 1:15: "La imagen misma de Su sustancia."
  • F. La Iglesia: los hijos formados a Su imagen - Romanos 8:29 / Efesios 4:13: "Predestinados para ser hechos conformes a la imagen de Su Hijo."

Conclusión

La historia bíblica se presenta como una sola línea: Dios formando la imagen de Su Hijo en los que creen. No se trata de eventos religiosos aislados, sino de una obra eterna manifestándose en el tiempo. Tú y yo somos parte de esa historia.

Aplicación a la Vida Diaria

Reflexiona esta semana:

  • ¿Estoy conectado con la historia eterna de Dios o solo vivo mi fe de forma aislada?
  • ¿Mi vida refleja que estoy siendo transformado a la imagen de Cristo?
  • ¿Estoy dispuesto a colaborar con el plan eterno aunque no sea popular o inmediato?

No fuiste llamado a vivir por temporadas, sino a vivir con un propósito eterno. Haz que tu vida sea parte de lo que Dios viene edificando desde la eternidad.