Introducción
Muchos han reducido la Iglesia a una obra social o a una institución moralista. Sin embargo, Dios no diseñó a la Iglesia para ser solo una organización que ayuda o predica; la Iglesia es la expresión visible de Cristo en la tierra. Cuando el amor de Dios se forma en nosotros, no podemos quedarnos inmóviles. Esa vida busca expresarse, y su expresión tiene un valor eterno. Jesús lo dejó claro: "Tuve hambre y me diste de comer...". No porque la ayuda en sí salvara a alguien, sino porque esas acciones son el fruto de una vida unida a Él.
Historia o Moraleja de la vida diaria
Un árbol de manzanas fue plantado en un jardín. Durante años creció, floreció y sus hojas fueron hermosas. Pero el dueño se acercó y le preguntó: - ¿Dónde está el fruto? El árbol respondió: - He cuidado mi forma, mis hojas están limpias y doy buena sombra. El dueño contestó: - Pero te planté para llevar fruto, no para adornar el jardín. Así es la Iglesia. Fuimos plantados en Cristo no solo para 'vernos bien', sino para llevar fruto eterno, visible y transformador.
Desarrollo del tema
- A. Cristo en nosotros debe expresarse visiblemente
- Colosenses 1:27 - Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.
- Efesios 2:10 - Creados en Cristo Jesús para buenas obras.
- B. La diferencia entre obra social y expresión del Reino
- Mateo 25:34-40 - Tuve hambre y me disteis de comer... lo hicisteis a mí.
- Mateo 25:41-46 - No me disteis de comer... la ausencia de acción revela una vida no transformada.
- C. La Iglesia no es solo una "buena influencia" sino una expresión del Reino
- Romanos 14:17 - El Reino es justicia, paz y gozo en el Espíritu.
- 1 Juan 3:17-18 - No amemos de palabra sino con hechos y en verdad.
- D. Repercusiones eternas: volver a la morada del Padre
- Juan 14:2-3 - En la casa de mi Padre muchas moradas hay... voy a preparar lugar para vosotros.
Conclusión
La Iglesia no fue diseñada para entretener creyentes ni para sobrevivir en el mundo. Es el Cuerpo vivo de Cristo, que ama, sirve, transforma y revela al Padre. Tus acciones no deben ser reacciones humanistas, sino expresiones del Cristo que habita en ti. Cada vez que amas, das, ayudas, visitas o perdonas, estás mostrando al Cristo eterno al mundo.
Aplicación a la vida diaria
Esta semana, haz un compromiso práctico:
- ¿A quién puedo bendecir hoy con algo concreto?
- ¿Estoy siendo una vid que da fruto o solo hojas bonitas?
- ¿Mis acciones reflejan a Cristo o solo buena voluntad?
Pídele al Señor que te convierta en expresión viva de Su Hijo. Que cada obra tuya sea una semilla eterna que te conecte con la morada preparada en los cielos.