Introducción
Nadie espera que un bebé viva toda la vida tomando solo leche. Sin embargo, en la vida espiritual, muchos creyentes se acomodan a la leche: mensajes básicos, repetitivos y emocionales. Peor aún, muchos consumen leche adulterada: doctrinas diluidas, centradas en el hombre y no en Cristo. Dios desea que maduremos, y para eso debemos aprender a alimentarnos con la Palabra pura y sólida, hasta llegar a Cristo como nuestro verdadero alimento.
Historia o Moraleja de la vida diaria
Un niño fue llevado a una pastelería. Se le permitió comer todo lo que quisiera. Comió dulces, tortas, golosinas... hasta que se enfermó. El doctor le dijo: "Puedes comer, pero no todo lo que se ve bien te alimenta. Si no aprendes a nutrirte bien, tu crecimiento será débil y tus defensas nulas." Así ocurre con los creyentes; no todo mensaje "bonito" alimenta. Algunos solo entretienen y otros adormecen. Solo la Palabra verdadera y centrada en Cristo nutre el alma y fortalece el espíritu.
Desarrollo del tema
- A. La leche espiritual es necesaria, pero solo al principio
- 1 Pedro 2:2 - "La leche espiritual no adulterada para que por ella crezcáis."
- Hebreos 5:12 - "Debiendo ser ya maestros... tenéis necesidad de leche."
- B. Cuidado con la leche adulterada
- Gálatas 1:6-7 - "Algunos quieren pervertir el evangelio de Cristo."
- 2 Timoteo 4:3-4 - "No sufrirán la sana doctrina... apartarán de la verdad el oído."
- C. El alimento sólido es la Palabra de justicia
- Hebreos 5:13-14 - "El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez."
- Juan 6:55-57 - "Mi carne es verdadera comida... El que me come, vivirá por mí."
El crecimiento real viene al comer a Cristo:
- Colosenses 3:16 - "La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros."
- Efesios 4:13-14 - "Hasta que lleguemos a la plenitud de Cristo."
Conclusión
Dios quiere llevarte de la leche al alimento sólido. No te conformes con mensajes superficiales. No vivas dependiendo de lo emocional. Busca a Cristo como tu alimento diario. Permite que la Palabra te confronte, te alimente y te haga madurar.
Aplicación a la vida diaria
Reflexiona esta semana:
- ¿Con qué tipo de alimento me estoy nutriendo espiritualmente?
- ¿Busco lo que me emociona o lo que me transforma?
- ¿Estoy dispuesto a dejar la leche y comenzar a vivir en la Palabra de justicia?
Abre tu Biblia cada día con hambre real. Pídele al Espíritu que te enseñe a discernir la verdad y comer de Cristo mismo. Solo así crecerás fuerte, firme y maduro.